La visión del Gerente de Chilecreativo, Felipe Mujica Cominetti, Economista con amplia experiencia en Industrias Creativas, nos habla del potencial de Chile en el actual contexto de digitalización de mercados para bienes y servicios creativos, así como de la necesidad de actualizar la institucionalidad pública para ponerse al día con las oportunidades del sector.
¿Por qué crees en el potencial de las industrias creativas como motor de crecimiento de los países?
Lo que pienso de este tipo de sectores, como los que se clasifican dentro de las definiciones de economía creativa, es que, gracias a la digitalización y apertura generalizada de los mercados globales, países como el nuestro estamos hoy en mejores condiciones para competir internacionalmente.
La cancha está más nivelada para todo el mundo en un contexto digital como el actual, que en la era industrial. Haciendo política-ficción, si decidiéramos que para diversificar la industria en Chile vamos a tratar de competir manufacturando productos electrónicos y microcomponentes, estaríamos partiendo con un abismo de desventaja respecto a varias economías asiáticas, Por ejemplo. La inversión sería enorme.
Otro punto interesante es que la materia prima para la creatividad, que es el talento de las personas, es esencialmente sustentable, renovable, no contaminante, virtualmente ilimitada. Además, como motor de desarrollo económico tiene el potencial de ser redistributivo, ya que el talento -en principio- se encuentra distribuido homogéneamente en toda la población, independiente del grupo socioeconómico. Esas son ventajas importantes para considerar en el caso chileno.
Creo que, hoy más que nunca, las producciones audiovisuales, nuestra música, diseñadores, ilustradores, escritores, tienen las puertas abiertas para salir al mundo, generar modelos de negocio sustentables, dialogar con otros creadores, etc. Y si se puede hacer algo desde el sector público, es un imperativo encontrar una manera de apoyar que haga sentido a cada institución desde su misión. En el caso de los programas estratégicos y la Corfo, desde el desarrollo industrial, CNCA desde la política cultural, etc.
¿Chile es creativo?
Todos los territorios son creativos, es como algo esencial de los grupos humanos. Todos los países tienen algo que es propio y que se puede mostrar al mundo. Hay muchas concepciones equivocadas en ese sentido, como por ejemplo cuando se habla de la industria de la publicidad en Chile siempre se la compara con la de Argentina, como si fuéramos inferiores en ese sentido. Yo diría que no, que es otro tipo de creatividad, un tipo de discurso o de personalidades diferentes.
Por ejemplo, una de las áreas donde Chile destaca es la poesía. Es otro tipo de creatividad, en la que destacamos y es algo que se ha reconocido fuera de Chile. El tema es que nosotros mismos seamos capaces de verlo y reconocerlo como una ventaja que puede transmitirse hacia la publicidad, o el cine, o la música, etc.
¿Cuál fue el criterio de selección de los subsectores del programa?
El criterio fue trabajar con sectores que ya han recibido algún tratamiento de política industrial desde el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. En principio, los tres fondos sectoriales de Audiovisual, Música y Libro. A esta lista se sumó Diseño, por interés de Corfo, del Ministerio de Economía, Hacienda, la Sofofa, y de las demás instituciones que participan en el CPIE, que es el Consejo de programas e iniciativas estratégicas que eligió los sectores prioritarios y aprobó las hojas de ruta que se están implementando actualmente, como la de Chilecreativo.
Se ha hablado mucho de los sectores que podrían entrar en el foco de atención más adelante. Ahí normalmente se menciona a la Arquitectura, que es una importante exportación de servicios y donde Chile tiene un reconocimiento internacional bastante extendido. Y otros como la artesanía, por su potencial exportador, el teatro, o también gastronomía, que se ha barajado dentro de las áreas a apoyar. Pero son muchas cosas para un piloto.
Es importante acotar al principio. Y ojo que eso no quita que en algunos casos haya interés. El Ministerio de Hacienda, Prochile y Corfo tienen iniciativas con arquitectura, artes visuales y artes escénicas, respectivamente, por medio de iniciativas piloto e incluso de mayor escala, como la marca sectorial de galerías de arte (Sísmica) o el nodo de exportación de teatro (Platea).
¿Cómo ves la irrupción digital como base de la Industria Creativa?
Como te comentaba, la Industria Creativa es un sector donde estamos teniendo una oportunidad histórica de con mostrar y exportar lo que hacemos. Eso se traduce hoy en día en tener buenos canales de difusión de contenidos digitales y estar en las plataformas y formatos que se consumen afuera para poder capturar una demanda potencialmente mayor que nuestro mercado local.
Por eso la metodología de todos los programas estratégicos es detectar una brecha o un driver que vaya a mover la industria en los próximos años. En el caso de las industrias creativas y en los subsectores que estamos priorizando, la digitalización es la pieza que va a mover más a la industria en los próximos años, es lo que va a ser lo más disruptivo para todos estos sectores.
¿Cuál es el balance que puedes hacer del trabajo que se ha hecho con el programa Chilecreativo?
Estamos acercándonos al primer año de ejecución. Lo que hemos logrado ha sido instalar dentro de Corfo la necesidad de apoyar, en una primera instancia, los tres subsectores que están incluidos dentro del programa para los que no había instrumentos. Corfo lleva invirtiendo en el área audiovisual mucho tiempo, se ha transformado en uno de los lugares donde el sector va a buscar apoyo para poder hacer proyectos de pre-inversión y también en la etapa de distribución. Lo que hemos hecho muy bien, es convencer a Corfo, ya que lo hizo tan bien con el cine, es que hay que invertir en videojuego, en animación, en la industria de la música, en el sector del diseño y editorial creando instrumentos de apoyo para estos sectores. En este sentido yo diría que el principal logro ha sido instalar en Corfo que estos son subsectores que deben ser apoyados.
En ese sentido, se ha creado un fondo piloto para el fomento de agregadores de contenidos digitales -único en su especie hasta dónde sabemos-, un fondo de atracción de grandes producciones audiovisuales, se financió un bien público para conectar a la industria tradicional con el sector del diseño, trajimos el programa de “formación de formadores” en emprendimiento para el sector creativo que hace NESTA en el Reino Unido, se incorporó Videojuegos dentro de los fondos de pre-inversión y distribución audiovisual, entre otras cosas.
Para 2018 estamos avanzando en entender la brecha de financiamiento privado, entre los emprendedores del sector creativo y los bancos, así como temas de I+D+i para el sector creativo, políticas STEAM vs. STEM. Son varios los puentes cortados que se han unido, y ahora lo más importante para una siguiente etapa es poder contar con recursos para poder hacer crecer el equipo y aumentar el alcance.
¿Cómo ves instalada a la Industria Creativa en nuestro país y cuál es la proyección a futuro del programa como un tema país más allá del contexto político en que nos encontremos?
El desafío ahora es salir del nivel central, de estar apuntando a lo productivo dentro de Corfo y un poco extender lo que hace el programa a nivel nacional. Entender qué es lo que hace cada territorio, qué vocación productiva tiene cada territorio, en temas no sólo de diseño, música, audiovisual y editorial, sino que artesanía, arquitectura.
También entender muy bien lo que demanda cada territorio. En ese sentido, lo que hemos estado haciendo con apoyo de la unidad de monitoreo del programa estratégico, ha sido hacer un histórico de qué proyectos se han estado financiando en estos años. La idea es poder entender qué es lo que ya ha se ha estado instalado en cada territorio y que puede ser algo que nosotros a lo mejor no teníamos previsto por el programa, pero para lo que ya hay una demanda y un tejido social en muchos casos muy maduro.
Nos hemos dado cuenta, por poner un solo ejemplo, que en la región de O’Higgins hay una base para trabajar temas de artesanía, con potencial exportador y de asociatividad muy grande si nosotros nos quedamos con la definición inicial del programa estratégico diríamos, esto no es rol de Corfo. Sin embargo, creemos que las oficinas regionales ya tienen una demanda para armar un programa y una oferta exportable en materia de artesanía e innovar y asociarse con otras regiones, lo que debemos aprovechar.