27 de julio de 2020

Innovación, la adaptación a lo digital y el nuevo enfoque comercial del sector creativo

27 de julio de 2020

Innovación, la adaptación a lo digital y el nuevo enfoque comercial del sector creativo

El mundo cambió y las posibilidades son adaptarnos o ver oportunidades para innovar en el contexto de crisis que hoy nos ha dado el COVID-19. Es un momento crucial para poner a prueba la innovación como herramienta en nuestros proyectos, emprendimientos y empresas.

De acuerdo a las últimas cifras disponibles, el valor agregado del sector creativo aporta un 2,2% del PIB chileno, mientras que el 82% de la población piensa que mejora percepción del país a nivel internacional.

Entonces: ¿qué rol cumple la industria creativa en este contexto y para el desarrollo del país? ¿cuánto de innovación y adaptación a lo digital puede influir en un enfoque comercial para reactivar esta industria que ha sido golpeada con especial intensidad transversalmente en sus diversas disciplinas?.

La industria creativa se ha visto forzada a reinventarse, utilizando como herramienta la tecnología. Uno de los casos destacados en Chile es el sector de las artes escénicas, donde dos agentes de teatro, como el dramaturgo Esteban Larraín y la actriz Patricia Rivadeneira, junto a un comité asesor, crearon Escenix, una plataforma de teatro On Demand a través de una app que, en mayo, ya tenía más de 17 mil inscritos. Para George Lever, esto no se da de igual manera en todos los frentes del sector creativo: “Existen muchos segmentos donde eso no está resuelto, y menos aún con la contingencia que nos impuso la pandemia, que debido al vuelco hacia lo digital ha reinstalado el concepto de la gratuidad en el arte, lo que obviamente perjudica cualquier intento por lograr la justa valoración por la obra y el emprendimiento creativo y los modelos de negocios que lo sustentan. Este es un sector donde cuesta mucho poner precio a la producción y, cada vez que no hay precio, retrocedemos en la educación necesaria a las audiencias sobre la importancia de percibir valor en este trabajo, tal como ocurre en todos los otros sectores de la economía”.

En la industria de la música el diagnóstico tampoco ha sido muy alentador. Según un estudio del Observatorio Digital de la Música Chilena (ODMC), reveló en un primer informe publicado en abril de este año que, con respecto al empleo, el 35% declaró que tendrá que desvincular o despedir trabajadores, lo cual en vista de la falta de certeza respecto al término de la crisis sanitaria por coronavirus puede incrementarse desde las empresas que reportan que aún no es posible saberlo, y que son el 39%.

Lever profundiza en este diagnóstico, pero ve una luz al final del túnel: “En el mundo de la música hubo que suspender todos los conciertos en octubre a raíz del estallido social y luego, con la pandemia, cerraron todos los escenarios y lugares donde se desarrolla el mercado de la música físicamente. Primero hubo un shock y se trató de asimilar lo que pasó. Luego empezaron los lives en internet porque todos querían estar presentes. Eso hace que surja mucha oferta desordenada, experimental y muy distante a la experiencia a la que están acostumbrados los proveedores (artistas) y los clientes (audiencias). Sin embargo, hay que explotar las oportunidades de este escenario, por ejemplo en ámbitos como la construcción de marca, audiencias, comunidades de clientes y seguidores, socios y proveedores, el ecosistema en general. Es una buena forma de posicionarnos y preparar el retorno al mundo de las relaciones físicas”.

George Lever ve esto no sólo como una reinvención, sino como una oportunidad para revisar, adaptar y repensar lo que ofrecemos: “debemos replantearnos la forma en que hacemos las cosas. Tal vez no es necesario reinventarse completamente, pero sí hay que revisar el sistema tarifario o aprovechar las herramientas y el know how para darle un upgrade a nuestros servicios e instalarlos en este mundo digital. Reflexionar, rediseñar, repensar, reinventar y colaborar son conceptos muy importantes hoy” concluye.