4 de junio de 2019
Ignacio de León: Toda innovación genera un efecto disruptivo
Ignacio de León trabaja en la División de Competitividad y Tecnología en el Banco Interamericano de Desarrollo para Centroamérica y el Caribe, como especialista en temas de comercialización de propiedad intelectual y de regulación de políticas de innovación. De paso en Chile y en entrevista exclusiva para Chilecreativo nos cuenta sobre los proyectos que están desarrollando en Chile y la región.
Cuéntanos sobre los proyectos que están desarrollando desde el BID en relación con Chile
Mi trabajo en el BID se enfoca en el fortalecimiento de los gobiernos para la estructuración de políticas de innovación, y de ecosistemas de innovación más allá de los gobiernos, como la promoción al emprendimiento, desarrollo de hackathon, valoración de patentes, etc.
En el caso de Chile estamos trabajando en un proyecto para el desarrollo de la agenda de las economías creativas que tiene que ver con la manera como se regulan plataformas colaborativas como Spotify, Uber, Airbnb y crowdfunding. Lo que estamos haciendo con la Comisión Nacional de Productividad es la generación de un estudio para generar buenas prácticas de regulación que permitan el fomento de estas plataformas disruptivas pero con el menor efecto traumático posible.
Plataformas disruptivas v/s industrias tradicionales
Toda innovación genera un efecto disruptivo que puede ser mayor o menor. Cuando se inventó la máquina de vapor eso generó un efecto disruptivo sobre los medios de generación de energía de la época. La introducción del automóvil puso en el desempleo a los fabricantes de coches de caballo. Todo genera un efecto disruptivo porque es la esencia de la innovación. En el caso de las plataformas digitales el efecto es significativo porque afectas sectores que habían estado tradicionalmente regulados en la economía, protegiéndose de la competencia creando monopolios regulados. Y eso está empezando a verse perforado por efecto de estas innovaciones. Los que están dentro de la industria, una vez que aprenden que no se pueden defender de la innovación tecnológica, entienden que la mejor forma de confrontar estos procesos es desarrollando nuevas capacidades que no pueden ser reemplazadas por la tecnología.
Cuéntanos sobre el proyecto piloto que están desarrollando con Open Music Initiative
El Banco Interamericano tiene varios campos de desarrollo con el MIT Media Lab y uno de ellos es con el programa Open Music Initiative. Con ellos estamos trabajando un piloto en 2 países, Jamaica y Trinidad y Tobago, desarrollando un programa de monetización de música para facilitar que músicos del caribe puedan dirigirse directamente a los consumidores de una manera más eficiente que ir al registro de la propiedad intelectual, y monetizar su música directamente utilizando una aplicación tecnológica. Si tu eres músico y quieres comercializar tu música en principio tienes que registrar tus copyrights en el registro de derechos de autor y una vez que tienes ese registro, licenciar tu música a una entidad comercializadora de estos derechos, que en general son estas sociedades de músicos y compositores, como es el caso de la SCD en Chile. La propuesta de Open Music Initiative es generar una plataforma tecnológica que permite una distribución de la data a través de redes de consumidores, donde la creación artística se reconoce que es autoría de quien la está distribuyendo, y llega directamente a los consumidores, y saltarse el paso intermedio que es licenciar tu música a un tercero para que ese tercero proteja tus derechos de propiedad intelectual. Por ejemplo, en los sitios de streaming, donde oyes la música de un compositor, esa tecnología te permite una vez que se aprieta el botón de play en el lugar donde se va a escuchar la música, generar una información en el músico a través de la aplicación, que le permite saber que se está tocando su música, tiempo y lugar.
¿Cuál es tu percepción del manejo de derechos de propiedad intelectual en Latinoamérica y Chile?
Una agenda personal que yo he desarrollado en el BID en conjunto con un profesor de la Universidad de Desarrollo, José Fernández Donoso, es la publicación del libro Innovation, Startups and Intellectual Property Managment, el 6 de Junio de 2017, sobre estrategias de comercialización de propiedad intelectual como startups, con una mirada especial hacia Latinoamérica. Se centra en un estudio de 360 empresas innovadoras de Latinoamérica entre países como México, Colombia, Ecuador, Chile y Costa Rica, que concluye que en América Latina los innovadores no patentan porque no saben para qué sirve el sistema. No asocian el esfuerzo de patentar con la potencial ganancia que pueden obtener haciéndolo. En lugar de eso lo que hacen es guardar el secreto comercial y si todos hacen lo mismo, el efecto es que los mercados se vuelven muy opacos, porque la información no se difunde.
Es importante entender la estrategia de comercialización de propiedad intelectual como un arte muy complicado, donde hay que incluir variables como la valoración de las tecnologías. En América Latina estamos realmente en pañales en todo esto y por eso las empresas encuentran tan difícil sacar ventaja económica de las innovaciones que crean porque no saben manejar el mecanismo de intermediación que es la comercialización de la propiedad intelectual.